Cuando se piensa en maquillaje es muy común pensar rápidamente en colores de sombras, labiales y polvos compactos. Pero, hay otras cuestiones que también se deben tener en cuenta para que un maquillaje quede perfecto, para que dure más tiempo de la mejor manera, y también para que no arruine la piel.
No sólo se trata de comenzar a colocar colores sobre el rostro, si no que es necesario preparar la piel para lo que se va a realizar después.
Antes que nada la piel debe estar completamente limpia. Es decir que antes de empezar con el primer producto de maquillaje es necesario tener el rostro y el cuello bien lavado con agua y el jabón que sea pertinente, puede ser uno común, líquido o con las propiedades que generalmente usamos.
Tras eso, es importante poder limpiar todo rastro de grasa, restos de jabón, o lo que fuere, a través de algun gel de limpieza, que generalmente se colocan, se dejan actuar y luego se enjuagan con agua tibia. Una vez que la cara se encuentra bien seca, es necesario agregar luego una crema humectante. Esta es de suma importancia, porque además de poder humectar la piel de la limpieza que hemos realizado, garantiza que el maquillaje pueda correr como es necesario, se pueda esfumar como queremos, y por sobre todo tenga más durabilidad sobre nuestra piel.
Con el rostro y el cuello completamente humectado, podemos comenzar a colocar la base. Cada tipo de piel prefiere un tipo de base determinada, puede ser una base en crema, en polvo, o completamente líquida. Las bases en crema son las más universales, porque son las que se pueden usar para varios tipos de piel asegurando de que queden completamente bien, aunque las pieles grasas, pueden obviarlas y elegir por ejemplo en polvo, que también serán de mucha utilidad.
Posteriormente es necesario corregir aquellas partes del rostro que no han quedado correctamente bien, y eso se realiza a través de un corrector de ojeras, dando luminosidad o sombras donde mejor quede.
Realizado este paso, es necesario agregar polvo compacto para que esa base sea perdurable y quede además más pareja. Y recién allí es cuando se puede comenzar con los colores tanto de sombra de ojos, de rubor, rímel y trabajo con luces y sombras de acuerdo al tipo de maquillaje que estemos buscando tener.
Preparar la piel de esta forma nos garantiza que nuestro maquillaje se vea natural y que además dure mucho tiempo.